sábado, 25 de abril de 2020

Celtic y Rangers #OldFirm: "para mal porque te odio, pero también te necesito".

El enfrentamiento entre el Celtic y Rangers es conocido como ‘The Old Firm’, y siempre se ha ligado a un enfrentamiento que va mucho más allá de lo deportivo: la religión o la política, están muy presentes. Católicos contra protestantes, pro-irlandeses contra unionistas. 




Dicen que es un odio que viene de lejos, y es cierto. Pero nunca hubo odios tan rentables como este. Y es que parecen Celtic y Rangers condenados, en beneficio propio, a (deportivamente) odiarse. Y por esta misma razón, no es de extrañar, que esa etiqueta de "old firm" naciera como nació. 

Aunque antes de la final de copa de 1909 la rivalidad entre los dos equipos ya existía, sería durante la celebración de esta competición cuando se originó para el mundo del balón el "Old Firm". 

El partido de la final de 1909 acababa en empate, y obligaba a repetirse. Ambos equipos volvían a juntarse para resolver la final unos días después, y ambas aficiones (unidas por lo que veían en ese segundo partido) acabaron invadiendo el campo de un mítico Hampden Park.  Y es que, lo que veían, era lo que todo el mundo intuía: existía un pacto encubierto entre los dos clubs para no ganar y así poder volver a repetir nuevamente el partido. Campos llenos, alimentados por la rivalidad de los dos clubs, generaban una recaudación lo suficientemente alta como para que se intentara, a principios del siglo XX, este tipo de amaños. 

El palmarés de la Copa de Escocia quedó vacante ese año, pero para la posterioridad esta misma copa de 1909 nos legaría lo que quedó para siempre bautizado como ´Old Firm’, después de que el periódico ‘The scottish Referee’ titulara este suceso como ‘The old firm of Rangers-Celtic Ltd’ (La vieja empresa de Rangers-Celtic S.L.).

Más actual, y ya sin amaños de por medio, ambos clubs han rivalizado en los deportivo sin dejar de ir de la mano en los despachos para negociar sus acuerdos económicos: tanto de televisión como de patrocinios. Sirva de curiosidad que en sus camisetas han lucido los mismos patrocinadores durante muchos años, temerosas las empresas de que se les ligara su imagen, en exclusiva, con uno u otro equipo.



Pero, ¿Por qué este enfrentamiento supera lo meramente deportivo? Sencillamente, muchos factores separan el origen y a las aficiones de ambos clubs. 

El Celtic, que nacía oficialmente en 1888, tiene su origen en las comunidades norirlandesas que llegaron a Escocia a finales del siglo XIX. Su cuna de nacimiento fue St. Mary Church Hall, y un marista irlandés su primer patrocinador. La intención inicial fue benéfica, ya que solo se pretendía recoger fondos para un comedor comunitario que prestaba ayuda a inmigrantes irlandeses, de origen católico, que llegaban a Escocia. Pero la cuestión es que, a partir de ese momento, se le etiquetó como el equipo tradicional de los inmigrantes y descendientes de irlandeses, católicos y de izquierdas en la ciudad de Glasgow, y ellos mismos no dudaron en tomar el Trébol de cuatro hojas como escudo, al más puro estilo irlandés. 

El Rangers, por su parte, nacía oficialmente en 1873, aunque un año antes ya estaba siendo fundado de la mano de los hermanos Peter y McNeil Moisés, de McBeath William y de Peter Campbell. Desde su origen dejaron claro su vocación unionista, en lo político; y protestante, en lo religioso. Y por ello, decidieron que su equipación representaría los colores de la bandera británica: camiseta azul, pantalón blanco y medias rojas. Colores que se han mantenido hasta la actualidad. 

Aunque siguen vigentes estas etiquetas, la universalización del fútbol durante el siglo XXI ha reducido esta visión reducida de sus aficiones. Hoy, tanto Celtic como Rangers, son equipos que superan las fronteras de lo local para convertirse en referentes de muchos aficionados al deporte del balón del mundo. Y esa afición sin fronteras no entiende de etiquetas que, si bien se respetan como parte de la historia de sus clubs, no son origen o razón de la pasión por el fútbol escocés o la vinculación a un club u otro. 

La cuestión es que esa misma rivalidad entre Celtic y Rangers es la que los convirtió en hegemónicos dentro del fútbol escocés. No se entienden las competiciones nacionales en Escocia sin este duelo entre grandes. Y por eso mismo, finalizada la temporara 2011-2012, tras confirmarse el descenso del Rangers a la cuarta división por cuestiones económicas, no dejó de ser curioso pero muy entendible, que lo que primero eran manifestaciones de alegría entre los aficionados del Celtic, después se convirtiera en una sensación de faltar algo en el fútbol escocés sin este viejo y apasionado Old Firm. 

No tardó mucho el Rangers en volver a la Scottish Premiership, pero su ausencia dejó claro que el motor económico del fútbol escocés pasaba por cuidar deportivamente esta rivalidad. Parece por eso lejano que podamos ver a Celtic y Rangers en la Premier League inglesa. Primero porque dejaría tocado de muerte al fútbol escocés, pero también, porque solo garantizando a ambos clubs su permanencia en la principal categoría del fútbol inglés, se podría garantizar la supervivencia en los campos de fútbol de esta vieja rivalidad. Y esto último, no está en la agenda de los más grandes y más modestos clubs ingleses.

Siempre que la rivalidad quede en lo deportivo, seguirá siendo un evento necesario para el fútbol. Y siempre que beneficie a unos y otros, no dejará de ser un clásico deportivo de difusión universal y pasión desenfrenada. 

No es loco por ello decir, que como aficionado del Celtic (el que les escribe) no dudé en elegir el título que encabeza este artículo: "mal porque te odio Rangers, pero también te necesito". Los unos, sin los otros, no sería lo mismo. 

Otros enlaces de interés:
Fuente Wikipedia: resumen de enfrentamientos






No hay comentarios:

Publicar un comentario